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La Reina Cristina Bajo

(2° parte del artículo “La escritora Cristina Bajo”)

Soy ferviente admiradora de La escritora Cristina Bajo, y ahora les voy a contar como llegué a estar a su lado. Yo sabía que se hacían tés en su casa, pero no tenía idea de cómo llegar a ellos; entonces mi hermana, tan seguidora de ella como yo, me avisó de un Taller publicado en la página de Facebook. Me contacté, inscribí y partí al taller que resultó ser en el barrio donde yo viví mucho tiempo. Ya la casa y el entorno fueron especiales; toqué la puerta con miedo y entré en el mundo de Cristina Bajo.Todo me sorprendió: su casa, llena de recuerdos, bibliotecas y muebles antiguos; sus mascotas, ¡las que menciona en los libros!; su escritorio, ¡donde trabaja todos los días!; su cocina, ¡la de las fotos!; su living- comedor que recibe muchísimas personas y personalidades tan variadas; su entorno y sus alumnas, sus admirables alumnas… la mayoría mujeres aunque algún hombre se presenta de vez en cuando, algunas la siguen desde los primeros talleres hace como 20 años, pero también hay algunas muy jóvenes, todas lectoras y estudiosas amplísimas ¡todo lo que saben!, generosas, simples y dispuestas a colaborar siempre. También me admiró ver a una de ellas con un libro de otra autora de novelas históricas (la que yo creía “de la competencia”) y para colmo cuando le pregunté me dijo “¡ah, me encanta!”, es que en ese ámbito se habla de TODA la cultura y de TODOS los autores… empezando por la misma Cristina, que es increíble todo lo que ha leído y sabe de todos los temas y épocas no solo de Argentina sino a nivel internacional. Incluso invita a personalidades de la cultura a compartir sus conocimientos con nosotras.Como persona, Cristina Bajo es admirable, adorable, inteligente, despierta, entusiasta, curiosa, sincera, una excelente y cuidadosa anfitriona, una maestra de lo que sabe y de la vida, muy humilde en su compartir; esto no quiere decir que no sepa muy bien quien es, donde está parada y quienes llegan a ella pero lo maneja con simpleza y entendimiento. Y con todo eso… me hizo un lugar en su corazón.Allí me recibieron y me quedé, lo siento una caricia para el alma, una carga de energía para la vida, una escuela de aprendizaje para ser mejor persona a través de ver la historia y la literatura de un modo doméstico pero también por la sencillez de quienes comparten su amplio saber. Siempre digo que me siento muy chiquita e insignificante en ese Parnaso, pero Cristina me dice que todas cumplimos nuestra función y nos alimentamos mutuamente; y lo comprobé porque hay mucha gente que va alguna vez y luego no volvemos a ver, a lo mejor por horarios o problemas personales, pero el número es infinitamente reducido para lo que yo pensaba que era un taller de esta famosa escritora.También me quedé con frases, hechos o historias que tomé como parte de mí. Una de ellas es la frase con que Doña Francisquita se despide en una carta de su sobrina Luz: “Te quiero de sobra”, que me parece hermosa, auténtica y tan cordobesa.Aunque somos varias Cristinas en el grupo, yo soy la segunda Cristina B. (así firmo mis libros, aún antes de conocerla personalmente) pero sin dudas para todas, Ella es la REINA CRISTINA.


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